Sujeta a ti por hilos
invisibles,
enmudece mi espalda al son de tus deseos.
Voy y vengo sin fuerza en los labios,
me abandono o me elevo cuando conduces mis pasos.
Seguiré a tu lado aún,
cuando mi cuerpo yazca tendido, inerte, olvidado.
Ahora que anochece y la música apagó mi silencio,
ahora que ya llueve sin estrellas en tus ojos,
ahora que tus hilos se hicieron cadenas.
Imploro no despertar jamás
al olvido.