Ociosamente contemplo mis latidos,
separados por cortinas de humo
que yacen en este universo.
Aspiro tu recuerdo y
en cada bocanada trago
miles de mariposas rojas,
ávidas de metamorfosis plañideras.
Cada sístole nace deseosa de morir
Cada diástole muere perpetuando un ritmo
evaporado
Cerca,
en el universo,
millares de astros despliegan a tientas el
abandono.
Quiero cruzar la puerta del dolor,
morder la savia del vacío
y encontrar la paz,
antes de volver a la vida.