Empiezo porque….
Llevo en el bolsillo roto,
un pedazo de cada eternidad
que supuso tu incienso.
un pedazo de cada eternidad
que supuso tu incienso.
Fragmentados labios entre dedos
sugerentes
de adioses.
Delicuescencia de la piel
en ese salón de primaveras donde juntos,
destinamos lazos ámbar,
perpetuando nostalgias,
divagando encuentros futuros que nunca,
….lo sabíamos,
tendrían en el estreno
sus primeros aplausos.
Magia era la palabra,
magia era el sentir de cada entrega abyecta, ignominiosa,
vil, rastrera...
Melancolía depredadora que justificabas en aras de la verdad.
Rastreo gotas en aquél espejo,
donde nos mirábamos sin vernos
intuyendo las deidades de nuestros cuerpos,
el perfume de esas hojas ya otoñales,
crujientes,
testigos mudos de caminos sin andar,
de rastros ocultos,
de luces y sombras.
Envolverte en celofán no sirvió para ocultar el silencio.
…he de acabarte.