Con tu partida aprendo a conjugar,
vida – muerte - vida.
En mi memoria permaneces,
ojos suaves, aroma de niña, acogedora piel.
Gruta oscura y fría emerge como lava con tu ausencia.
Han decidido las aves remar contra corriente este otoño,
y se llevan tu piel,
la que acariciaba mi alma.
Han decidido los ángeles cobijarte en su regazo
y se inclinan ante ti las estrellas,
las que iluminaban mis noches.
Ha llegado el momento de enfrentarse a los miedos y aprender,
de tu vida, de tu dolor, de tu alegría, de tu amor.
Ha llegado el momento de sacudirse la impotencia y aprender,
...a vivir sin ti
Se secan las raíces de este tronco que tanto nutriste, me faltan el aire y la lluvia.
Pero ha llegado el momento de aprender de ti,
MADRE
De tu fuerza, de tu constancia, de tu entrega, de tu luz.